Colores

En ocasiones tenemos grabados en nuestras memorias sucesos que cuando te acontecen no les das la más mínima importancia. Es difícil encontrar la razón por la cual, después de muchos años, sigues recordándolos con gran fidelidad. No cambiaron tu vida, ni la de nadie. No produjo ninguna consecuencia ni para bien ni para mal. No creó ningún estado ni de alegría ni de tristeza. Quizás sí de sorpresa.
Cuando era pequeño jugaba a pintar cartulinas con acuarelas, óleos y cualquier tipo de pintura que cayera en mis manos. Me gustaba lo de mezclar dos colores distintos y que por arte de magia apareciera uno completamente diferente. En uno de esos juegos recuerdo coger pintura negra y mezclarla con otro color. No sé que tipo de pintura era, pero pese a lo que la razón me decía que ocurriría (que el segundo color se oscureciese) todo se convirtió en negro. Mezclaras lo que mezclases con ese pigmento el resultado era siempre el mismo: negro. Y ya podías usar cien veces más de cuaquier color que con que una pequeñísima parte del negro estuviera presente todo se volvía tan oscuro como el negro primigenio.
Con los años uno aprende que esas cosas no solo pasan en la pintura. Que en la vida también hay elementos que por muy pequeños que sean son capaces de oscurecer hasta las paletas de colores más vivas.

0 comentarios: