Barça y Qatar: Más que un patrocinio

Dice la página de Unicef sobre Qatar y el resto de países de la región del Golfo Pérsico:

El abuso de los niños, niñas y mujeres, la baja edad mínima para contraer matrimonio y la deficiente calidad de los programas escolares son motivo de preocupación, pese a que se dispone de pocas estadísticas empíricas sobre esos problemas.

Es un dato que debería conocer el Fútbol Club Barcelona, pues es información que proporciona la primera entidad que ocupó significativamente la camiseta de su equipo de fútbol acerca de la que lo hará como segunda en toda la historia. Se dice desde el club catalán que sus responsables de marketing y los de Nike (la multinacional que confecciona las camisetas azulgranas y sobre la que pesan diversas denuncias por explotación infantil) están trabajando en un diseño que permita combinar los logos de la agencia de la Naciones Unidas para la protección de la infancia y el de la institución qatarí. Tal vez la mejor manera de incluir ambos diseños en el uniforme es colocando el de Qatar en el pecho (concretamente en el lugar en el que se suele guardar la cartera) y el de Unicef en el dorso de la camiseta (en la parte trasera, la que coincide con el culo).

El Barça ha sido el último gran club de fútbol en sucumbir a la tentación de "manchar" su camiseta con publicidad. El penúltimo fue el Athletic de Bilbao, otra entidad a la que se asocian una serie de valores tradicionales más allá de los económicos que imperan hoy en día en el deporte profesional. Los bilbaínos lucen desde hace dos años el logotipo de la refinería Petronor, aunque un poco antes  su presidente, Fernando García Macua había ensayado máculas más innocuas al sentimiento como el símbolo del centenario o el logotipo de promoción turística de Euskadi. Para acabar con más de un siglo sin promociones comerciales en su camiseta, el Barcelona también tuvo que idear un plan que permitiera que su masa social fuera aceptando poco a poco la nueva situación y así surgió la oportunidad de Unicef. Con el acuerdo firmado entre los azulgranas y la agencia de la ONU, el Barça conseguía universalizar su imagen con valores solidarios y, al mismo tiempo, preparar el terreno para colocar publicidad en su camiseta. Esta semana el plan ha culminado con la presentación del acuerdo entre el Barcelona y Qatar Foundation, por el que la segunda pagará a la primera 160 millones de euros a cambio de que su imagen aparezca en la camiseta azulgrana durante cinco temporadas. En su primera experiencia con publicidad en la camiseta el Barça quiso catar con Unicef; ahora con Qatar se ha decidido ha dar un buen mordisco con el único sabor del dinero como objetivo.


Con la decisión de vender su uniforme como soporte publicitario los culés han perdido un valioso argumento para presumir que son "més que un club". Pero tampoco es que ahora sean un club más en este ámbito, pues en España ninguna entidad de Primera División promociona los intereses de una monarquía absoluta en la que todavía se aplican algunos preceptos de la Sharia, en la que la homosexualidad es delito, y en la que las mujeres siguen siendo objeto de discriminación. Parece evidente que en ese sentido el Fútbol Club Barcelona se ha asegurado su singularidad.

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