El desafío de un amistoso Madrid-Barça

Es posible que a algún ‘enfermo’ cuatro partidos Real Madrid-Barcelona en un un lapso de 18 días le pueda saber a poco. Hay gente que siempre quiere más. Ni siquiera el hecho de que haya asegurados otros dos enfrentamientos en 2011 (los correspondientes a la Supercopa de España, a celebrar en agosto) sacia el hambre de clásico de ciertos aficionados. Agotada la vía de los torneos oficiales, para ellos sería necesario organizar partidos amistosos.
Lo cierto es que, aunque ahora resulta impensable, a lo largo de la historia han habido más de 30 partidos Madrid-Barça en los que no había en juego ningún título nacional o internacional. En esta cifra se incluyen los amistosos que jugaron ambos clubes cuando aún no existía el campeonato de Liga (entre 1906 y 1922), partidos homenaje como el celebrado para honrar a Franco (Antonio, no Francisco, en 1943) o los enfrentamientos en trofeos como el Carranza (1959 y 1968) o la copa del Presidente de la República de Venezuela (1982).

Los últimos duelos no oficiales entre los dos grandes del fútbol español datan de principios de los 90. Concretamente de 1991, y vinieron de la mano de Canal Plus. El que fue el primer canal de televisión de pago de la historia de España daba sus primeros pasos. En su afán por conseguir abonados, uno de sus principales apuestas era el fútbol. Por ello, además de hacerse con los derechos de retransmisión de un partido de Liga cada jornada, también decidió crear el llamado “Desafío Canal +”. El evento consistía en un partido amistoso que enfrentaría al Real Madrid contra el Barcelona y que sólo se podría seguir por televisión a través de las pantallas del canal de PRISA.(aunque luego se extendió a enfrentamientos entre equipos de veteranos y distitas categorías de la cantera de ambos clubes)  En  él se ensayarían nuevas reglas, como la de sólo señalar fueras de juego en el área rival. El resultado de la iniciativa fue discreto (como se puede comprobar echando un ojo a las crónicas de El Mundo Deportivo).


Se celebraron dos partidos entre los equipos "A": el primero el 1 de mayo en el Bernabéu, con victoria blanca por 3-1, y el segundo en el Camp Nou, el 11 de septiembre, que acabó con empate a 1. En ambas ocasiones los estadios se quedaron lejos de ofrecer una buena entrada. Los técnicos, que se quejaron de tener que disputar estos partidos (Cruyff ni siquiera viajó a Madrid,) pusieron en liza unos equipos cargados de suplentes, y los jugadores se tomaron la actividad como un mero entrenamiento. Aunque se diga que cuando juegan entre sí Real Madrid y Barcelona, la pasión que envuelve el choque es tal que resulta imposible para los protagonistas abstraerse de ella, estas dos citas sugieren otra cosa. El hecho de ganar al eterno rival siempre es un plus, pero no tiene ni punto de comparación a la motivación existente cuando está en liza la consecución de un título oficial. Por ello, el primer clásico de esta tanda de cuatro (el partido de Liga que tendrá lugar este sábado en el Bernabéu), es sin duda el menos atractivo, pues pase lo que pase el Barça saldrá de él con medio título en el bolsillo. Pero aún así habrá puntos en juego y, por lo tanto, hasta que las matemáticas no contradigan la fe blanca, un título en disputa. Con la final de la Copa del Rey y la eliminatoria de Champions la cosa irá in crescendo hasta el paroxismo. El 4 de mayo, cuando hayan pasado estos 18 días de clásicos, si alguno se queda con hambre de más y sueña con un amistoso Madrid-Barça que la calme, que se pregunte por qué cuesta tanto acordarse de aquel “Desafío Canal Plus”.

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