
Digan lo que digan, el fútbol en abierto sí es rentable. Si no que se lo pregunten a las cadenas que lo han explotado de esta forma, que son todas: TVE (Selección, Champions y Copa), Antena3 (Selección y Champions), Cuatro (Mundial y Eurocopa), Telecinco (Liga y Copa)… El televidente no compra directamente el partido, pero se traga todos los anuncios que se emiten -cada vez más- antes, durante y después del desarrollo del juego. Las cadenas venden su audiencia a los anunciantes. Cuanto mayor sea, más cara y, evidentemente, si el partido es gratis la cantidad de personas que se sentarán delante del televisor será mayor.

Con la que está cayendo, al Gobierno no le apetece obligar a la población a algo tan impopular. Pero Roures tiene dos importantes armas con las que chantajearle. La primera y más evidente es la de retirar el apoyo que Público y LaSexta le ofrece al gobierno de Zapatero. La segunda es acabar con el fútbol español. Con más de 3.000 millones de euros de deuda, la mayoría de los equipos están al borde de la quiebra. Si no llega el dinero que Mediapro les ha prometido su desaparición es segura, y con ella un daño irreparable a la principal industria de entrenimiento del país. Esa es la baza que juega Roures, o me salvas o te hundes conmigo.