"Si hay alguien a quien no le guste el rock, esto le va a doler". Con esta frase que servía de introducción a 'Bujías para el dolor', la canción más contundente de su último disco, Bunbury dejaba claro en qué onda se encuentra actualmente. Una onda claramente expansiva, marcada por las potentes vibraciones de unas guitarras que han sustituido a violines y trompetas de anteriores espectáculos. El que fuera líder de Héroes del Silencio ha vuelto a sus orígenes, pero con la alforjas llenas de sonidos. En este largo viaje de retorno Bunbury ha transitado, entre otros caminos, por el alma del soul, por la pose del cabaré o por el peso del folk, haciendo suyos todos los estilos a la vez que él mismo se entregaba a ellos.
Así quedó demostrado ante un Palacio de Deportes prácticamente lleno en lo que era su regreso a Madrid tras un par de años de silencio en la capital. Aunque la excusa del concierto fuera la reciente salida al mercado de Hellville de Luxe, lo cierto es que la velada de ayer poco se pareció a la típica presentación de disco. Los nuevos temas no fueron, ni mucho menos, mayoría en el repertorio que brindó el artista aragonés a un enfervorecido público. Más bien pareció un acto de auto-afirmación, sólo posible en alguien con una trayectoria tan rica como la suya. Y es que a pesar de esa apariencia que le coloca por encima del bien y del mal, parece que han hecho mella en el ánimo, todos los dardos que ha recibido en forma de acusaciones de plagio. Bunbury encontró en el escenario un diván en el que enjugar sus amarguras y su público tuvo la enorme fortuna de aprovecharse de ese afán por reivindicarse mediante la vía de los hechos, como el mayúsculo artista que es. Disfrutó su concurrida parroquia y disfrutó el músico, que mostró su agradecimiento con dos bises y un regalo final inesperado. Tras las notas del clásico '...Y al final' que echa siempre el cierre a sus actuaciones, Bunbury se puso más íntimo y, en formato casi acústico, obsequió al público con un par de canciones más. Cuando las luces se encendieron y la banda se despidió definitivamente habían transcurrido casi tres horas de eléctrico show. Y es que se vio agusto a Bunbury durante todo el concierto, más hablador y comunicativo que de costumbre. El nuevo combo que ha formado funciona, lo cual le sirve para ensayar nuevas versiones de temas clásicos en su repertorio como 'Extranjero', 'Infinito" o 'El rescate'. Hubo incluso una canción de Héroes del Silencio. Pese a los gritos de siempre provinientes de sus seguidores más nostálgicos, solicitando los grandes clásicos de la banda, no fue ni 'Maldito duende', ni 'Entre dos tierras'. La canción elegida para extender el mensaje de este apóstol de la música fue 'Apuesta por el Rock&Roll'. Toda una declaración de intenciones.
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