¿Qué hay de lo mío?

No preguntes qué puede hacer tu país por ti. Pregúntate que puedes hacer tú por tu país. Esta mítica frase de John F. Kennedy nunca hubiera pasado a la historia si la hubiera pronunciado un presidente español. Ayer quedó demostrado una vez más que, para bien y para mal, nuestro carácter es mucho más individualista que el norteamericano.
El programa 'Tengo una pregunta para usted' con Zapatero se convirtió en un “¿qué hay de lo mío?”. Los participantes buscaban mayoritariamente respuestas concretas a problemas individuales. La culpa de todo era, evidentemente, del Gobierno. El recurso a la demagogia tampoco podía faltar con preguntas como cuánto ganaba al año el presidente o por qué España vende armas al extranjero. Zapatero estuvo sereno, dominando el escenario y hasta pedagógico en algunos aspectos. Logró llevar los reproches que le hacían al terreno sentimental, mostrándose afligido por las situaciones personales de los parados. Pero nadie nadie le obligó a entender las preguntas como verdaderas quejas políticas. Nadie puso de relieve algunos de los errores de diagnóstico y tratamiento de la crisis en los que hoy sigue incurriendo el presidente. Hasta algunas de las preguntas que se le hicieron estaban fundadas en datos incorrectos.
De todas formas, imbuido por esta gran ejemplo de egoísmo español, he de reconocer que el programa me dio una razón para estar contento. Y es que digan lo que digan y pese a lo que se pueda pensar en ocasiones desde la propia profesión, queda patente que los periodistas son muy necesarios en esta sociedad.

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