La reforma laboral ideal para la patronal

Si la reforma laboral del Gobierno no ha satisfecho ni a la patronal ni a los sindicatos hay dos opciones: que haya sido la única posible (la menos mala) o que realmente convenza a uno de los dos agentes sociales, pero el beneficiado diga con la boca pequeña que le parece desacertada. A la vista de los recortes sociales que supone esta medida, a los únicos que les puede haber agradado es a los empresarios, pero tal vez no estén disimulando su descontento porque quieran una ley aún más regresiva para los derechos de los trabajadores. Siendo así, la reforma laboral idel para la patronal tendría que incluir los siguientes puntos:

Causas del despido.

Por cuestión de horario:
  • Si el trabajador llega tarde.
  • Si el trabajador llega pronto (y con ello provoca gasto de luz y aire a la empresa).
  • Si el trabajador llega a su hora en punto (dejando mal a su patrón, que puede llegar más tarde).
Económicas:
  • Si el empresario entra en pérdidas.
  • Si el empresario disminuye sus beneficios.
  • Si el empresario prevee una reducción de sus beneficios.
  • Si el empresario tiene un día una pesadilla y sueña que tiene que ir a comer a un Burger King. 

Indemnización por despido.

Despido improcedente:
  • El empresario tendrá que indemnizar al trabajador con un bolígrafo Bic cristal y un paquete de folios reciclados por año trabajado.
Despido objetivo:
  • El trabajador tendrá que indemnizar al empresario con una suma monetaria equivalente a 45 días por año explotado.
 
Negociación colectiva.

  • El empresario negociará el convenio con un representante de los trabajadores, el cual tendrá la función de sujetar un espejo para que el patrón pueda ver la cara a alguien mientras decide las condiciones consigo mismo
Derecho de huelga.

  • El único tipo de huelga que se autoriza será la modalidad japonesa, la cual podrá ser convocada única y exclusivamente por el empresario en épocas en que necesite aumentar la producción.

Prestación por desempleo.

  • El trabajador que obtenga del Estado un subsidio por desempleo tendrá la obligación de destinar un 50% de esos ingresos a la empresa que le despidió, al ser ésta la que le facilitó obtener dicha renta.

Bajas.

  • El único supuesto en el que un trabajador pueda solicitar una baja por incapacidad será el fallecimiento, aunque sólo en los casos en los que la muerte impida al trabajador continuar con la producción.

Trincherazo


Gregorio Gordo, portavoz de la ganadería de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, invitó a Esperanza Aguirre a condenar el franquismo durante el transcurso de una lidia dialéctica celebrada hace unos días en el parlamento regional. La diestra pepera (más diestra que nunca), lejos de amilanarse ante tal embestida dirigida por el pitón zurdo, se echó la muleta a la derecha y, alejándose del centro del ruedo político con dirección a zonas más extremas, eludió al astado reinventando el trincherazo. Trincherazo porque así se denomina en tauromaquia el pase en el que el torero da salida al toro por el lado contrario a la mano donde tiene la muleta, pero trincherazo, sobre todo, porque la Presidenta de la Comunidad se echó a las zanjas guerracivilistas para disparar argumentos ya usados en su tiempo por la CEDA o la Falange. Aguirre se negó a censurar la dictadura de Franco hasta que Gordo y los suyos no hicieran lo propio con, entre otros sucesos, “el golpe del 34”, aquella revolución popular de sindicalistas y nacionalistas que la lideresa equiparó al levantamiento militar del 36. El particular pase de pecho levantó los aplausos de los diputados ocupantes del tendido de sol (bancada en la que algunos parecen añorar eso de poner la cara al astro rey con la camisa nueva). Por fortuna, la faena acabó sin necesidad de utilizar el estoque.

Espero que se me disculpen los símiles taurinos, pero desde que Aguirre declaró la llamada “fiesta nacional” como bien de interés cultural en Madrid, tiendo a tirar del Cossío para analizar cualquier intervención pública suya, por poco o nada que alguna tenga de "bien" o de "cultural". Ya dijo la Presidenta que los toros es todo un arte a proteger, argumentando que como tal lo habían tratado grandes genios de la talla de Lorca, Hemingway o Picasso. Aunque hablando de éste último -del célebre pintor precursor del cubismo, del antifascista militante y comunista confeso, del malagueño de nacimiento y francés de adopción por obra y gracia del exilio- no puedo evitar preguntarme si la percepción de Aguirre sobre la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista no cambiaría si contemplara, por ejemplo, El Guernica. Aunque claro, para que se diera esa circunstancia nuestra Esperanza tendría que visitar el Reina Sofía en lugar de Las Ventas.

Sombras tras el apagón


El 3 de abril se produjo en España el cese definitivo de la televisión analógica. Su sustituta, la TDT, impone mejoras tecnológicas que modifican nuestro panorama audiovisual, siendo el aumento del número de canales a recibir la más evidente. En apenas dos décadas hemos superado el monopolio de TVE primero y el posterior oligopolio formado por ésta junto a las primeras televisiones privadas y autonómicas, para desembocar en la situación actual en la que hay más de una veintena de opciones en abierto disponibles para el televidente.

La existencia de más canales con nuevas propuestas debería propiciar un aumento de la calidad global de la programación televisiva. Sin embargo, la historia demuestra que puede ocurrir todo lo contrario. Considerando que la principal aportación en estas dos últimas décadas por parte de Telecinco y Antena 3 ha sido el surgimiento de la ‘telebasura’ como estrategia para captar audiencia y que la copia de formatos basados en el mal gusto es una constante entre los canales, cabe preguntarse por cuáles serán los planes de los medios recién llegados para hacerse con su parte del pastel. Hasta ahora el panorama no es nada halagüeño. Las ‘novedades’ de las que se alimenta la TDT actual no van más allá de reposiciones y redifusiones de series y programas del pasado, teletiendas, los llamados Call-TV (espacios que rayan en la estafa) y tertulias políticas en las que la opinión partidista, siempre a favor de la ideología del gobierno que concedió la licencia de emisión al canal que las alberga, impide el desarrollo de un debate plural en el que se utilicen argumentos de peso más allá de soflamas y vituperios.

Resulta difícil pensar que la situación vaya a mejorar a corto y medio plazo. Con el mercado publicitario en crisis las cadenas parecen decididas a seguir apostando sobre seguro con productos que, pese a su discutible calidad, resultan baratos y fiables para asegurar una determinada cuota de seguimiento. El morbo, el escándalo o el insulto son considerados por las televisiones conceptos más seguros para lograr audiencia que valores como el rigor, la objetividad o la originalidad. El Estado, que indica por ley que los medios de comunicación deben contribuir al bien común de la sociedad a través del respeto y protección de principios que éstos conculcan diariamente, haría bien en controlar los excesos televisivos perpetrados en nombre de la libre competencia.

Micrófonos cerrados, redes abiertas


 Los medios de comunicación acostumbran a pedir responsabilidad y transparencia a personas y organismos ajenos con la misma facilidad con la que esquivan el foco de la autocrítica hacia sus propias acciones. El denominado cuarto poder, encargado de vigilar a los otros tres, así como a la sociedad en su conjunto, no acostumbra a observarse bajo la misma lupa con la que analiza a los demás. Sin embargo, las nuevas tecnologías de la información han permitido erigir un “quinto poder” de naturaleza más difusa pero que, en cierta medida, permite resolver la eterna pregunta sobre quién vigila al vigilante. Gracias a Internet los ciudadanos pueden conocer datos sobre realidades que antes no eran tratadas por los medios de comunicación tradicionales, entre ellas, noticias sobre la propia dinámica interna de radios, televisiones o periódicos.

Gracias a Twitter y Facebook pudimos conocer que la dirección de la Cadena SER había decidido suspender de empleo y sueldo a Paco González, director de Carrusel Deportivo, el segundo programa más escuchado de la radio española con cerca de 2.200.000 oyentes. Los primeros datos sobre el asunto aparecieron en estas redes sociales horas antes de que lo hicieran en diversos periódicos on-line. Mucho más diferida fue la información que se publicó en la propia web de la SER, que se limitó a difundir una escueta nota con una breve versión oficial de los hechos. Daniel Anido, director de la cadena, impuso una política de silencio que impidió hablar a los profesionales de la casa sobre un asunto que, sin duda, interesaba a quienes hayan escuchado a Paco González en alguno de los 18 años en que éste ha estado al frente del programa. Los micrófonos de la SER se han cerrado para el propio González y para cualquier compañero que quisiera dar su versión sobre los hechos. Curiosa estrategia de ocultismo la de una empresa dedicada a dar noticias. Los jefes de la SER se equivocan si piensan que el tema desaparecerá si ellos lo obvian en antena, pues mientras exista interés, las informaciones y, lo que es peor para ellos, los rumores, seguirán apareciendo en otros medios y en las redes sociales Ocultar información nunca fue un buen negocio para quien vivió de dar noticias y menos en los tiempos que corren, pues si tú no quieres informar ya habrá otro que lo haga.

Demagogias las justas


Pocas palabras se utilizan más demagógicamente que el propio término “demagogia”. Que quien más tenga sea quien más pague en cuestión de impuestos parece algo lógico, pero basta enunciar este principio para que aquel que lo pronuncie sea tachado de demagogo. Parece que demagogia sólo se traduce peyorativamente como un argumento fácil para ganarse el favor del pueblo, como si aquello que gusta mayoritariamente a la “demos” resultara incompatible con que sea justo para el conjunto de la sociedad. Sin embargo, nunca hablamos de ideas oligárquicas, y mira que habría prácticas con las que utilizar tal adjetivo. Sin ir más lejos los esfuerzos que Zapatero ha solicitado a la población son tremendamente oligárquicos, pues la reducción de sueldos al funcionariado, la congelación de las pensiones, y el resto de medidas adoptadas en las últimas fechas para contener el gasto público sólo afectan a las clases medias y bajas, dejando libres de cargas adicionales a las altas.

Aumentar la presión fiscal a los más favorecidos supondría una decisión de justicia social, pero también de eficacia. Teniendo en cuenta que, según estudios, en este país 1.400 personas gestionan una riqueza equivalente al 80% del PIB, sería un suicidio ignorar ese caladero y centrarse solamente en esquilmar el 20% restante. Baste como ejemplo que, según los técnicos de Hacienda, recuperar el impuesto de patrimonio para los que tiene más de 1,5 millones de euros supondría un caudal nuevo para el Estado estimado en 3.637 euros.

Si el gobierno decide mantener a salvo de nuevos gravámenes a las grandes fortunas es muy posible que las clases a las que ya se les ha impuesto un esfuerzo superior se echen a las calles dinamitando la paz social. En cambio, si se decide llevar a cabo una verdadera redistribución de la riqueza existe el riesgo más que probable de que muchos potentados cojan su dinero y se marchen a otro lugar. El gran capital, como las ratas, siempre es el primero en abandonar el barco cuando empieza a zozobrar. Por ello cualquier medida que se tomara en este sentido debería ser adoptada en un marco global para evitar que determinados paraísos fiscales, ya estén en las lejanas Islas Caimán o en las cercanas montañas de Suiza, puedan acoger el dinero medroso que escapa de donde hizo negocio.

Miedo A


Ningún virus se contagia con más facilidad que el miedo. En la sociedad de la información en que vivimos, cualquier relato emitido por los medios de comunicación sobre posibles amenazas globales tiende a extenderse con enorme rapidez. Las noticias relativas a pandemias, desastres naturales y demás males de gran alcance se retroalimentan con el interés de un público que siempre quiere saber más datos y más rápido de lo que la prensa es capaz de ofrecer. En esa situación, los medios ven como la audiencia aumenta la demanda de sus servicios. El alarmismo vende más que la tranquilidad.

Hace unos meses cumplimos el primer aniversario de la aparición de la Gripe A. La gran alarma con la que se vivieron los inicios de la enfermedad contrasta un año después con los datos sobre su incidencia. Durante este tiempo el virus N1H1 ha provocado la muerte de 17.000 personas en todo el planeta, lo cual supone un balance mucho menos dañino que el de la gripe común, cuya incidencia se estima en cerca de 250.000 fallecidos anuales. Desde el comienzo la enfermedad mostró una gran capacidad para extenderse, pero al mismo tiempo que se constataba su alto nivel de contagio la Gripe A ofreció una relativa baja tasa de mortalidad. En ningún territorio el N1H1 se ha mostrado más letal que la gripe normal. Sin embargo la característica que acabó trascendiendo en mayor medida a la sociedad fue la enorme capacidad de transmisión del virus, en lugar de hacerlo la tranquilizante levedad de sus efectos.

La amenaza de la tan temible en sus comienzos como olvidada ahora Gripe A, parece ya superada. Expertos de todo el mundo se dedican ahora a analizar si la Organización Mundial de la Salud se excedió en las medidas adoptadas para prevenir la enfermedad. La desproporción entre éstas y el nivel de peligrosidad que ha demostrado tener finalmente el N1H1 resulta evidente y ha ayudado a disparar las sospechas sobre posibles conspiraciones a favor de la industria farmacéutica. Simultáneamente, algunos miembros de la sociedad se preguntan sobre el papel de los medios de comunicación, que han llenado horas de televisión y radio y páginas de periódicos sobre un asunto que ha acabado teniendo la misma trascendencia que otras amenazas apocalípticas como el Efecto 2000, las Vacas Locas o la propia Gripe Aviar.

Muros de carga


Imagínese un propietario que quiere reformar su piso. La idea incomoda a algunos vecinos que piensan que la obra causará problemas a la estructura del bloque por tocar algunos muros de carga. Tras una reunión de propietarios se da luz verde a la obra. Los vecinos desconformes, convencidos de que la reforma acabará por colapsar el edificio, acuden a los arquitectos municipales para que elaboren un informe sobre los peligros de la obra. Por su parte, el propietario objeto de la polémica advierte que si el resultado del peritaje determina que su deseo no es viable habría que tirar cuantas paredes del edificio se precisen hasta que lo sea.

Ahora no imagine, simplemente recuerde. El tripartito catalán quiso aprobar un nuevo ‘Estatut’. La idea no gustó al PP, que pensó que esa ley causaría problemas a la estructura del Estado al entrar en conflicto con la Constitución. Tras un pleno en el Congreso se dio luz verde al nuevo marco legal. Los populares, creyendo que el ‘Estatut’ acabaría por romper España, decidieron acudir al TC para que elaborara un informe sobre la constitucionalidad de la norma. Por su parte, el tripartito advierte que si la resolución determina que su proyecto no es viable habría que derogar los artículos de la Constitución que fueran necesarios hasta que lo sea.

Los dos casos son similares en tanto que ambos tratan de encajar una estructura menor en otra mayor –supeditando el todo a la parte- antes de saber si es viable hacerlo, pero se diferencian en que para el primer problema existe un mecanismo que impide cautelarmente que se lleve a cabo una acción que pueda contravenir la ley, mientras que para el caso del ‘Estatut’ se carece de una herramienta homóloga. Y es que en España no se puede iniciar legalmente una reforma doméstica sin obtener antes el imprescindible permiso de obras, pero al mismo tiempo, no sólo es que una ley que afecte al funcionamiento básico del Estado pueda aprobarse sin el visto bueno del Constitucional, sino que resulta imposible que el tribunal garante de la carta magna se pronuncie sobre la constitucionalidad de cualquier norma hasta que ésta entre en vigor. Ahora al Estado sólo le queda aguantar el chaparrón y evitar que se produzcan otros similares recuperando el derogado recurso previo de constitucionalidad, un mecanismo indispensable para proteger los muros que sustentan esta casa de todos que llamamos España.

Menudo pollo este Evo


Las declaraciones de Evo Morales en las que vinculaba la homosexualidad a la ingesta de pollo engordado con hormonas femeninas han desatado una gran polémica en todo el mundo. El presidente boliviano expuso ésta y otras ideas de similar nivel -como que la calvicie de los europeos se debe a su dieta-, dentro de una conferencia sobre ecología en la que aprovechó para arremeter con dureza contra el sistema capitalista.

Para entender cómo un Jefe de Estado es capaz de articular pensamientos tan peregrinos resulta necesario conocer la situación educativa que vive su país. Morales aprovecha el analfabetismo funcional que sufre gran parte de la población agrícola de Bolivia para propagar este tipo de teorías que, si bien resultan absurdas a ojos de la comunidad científica internacional, logran convencer a aquellos a quienes verdaderamente se dirige el líder indígena. No hay que olvidar que la mayor parte de sus apoyos electorales proceden de los sectores que tradicionalmente han tenido más dificultades para acceder a una educación de calidad. Ante una audiencia de escaso nivel cultural resulta tan sencillo como práctico propagar barbaridades como que la homosexualidad es poco más que una enfermedad, que el hombre indígena es más sano que el europeo o que los países occidentales están enfermos por culpa de sus avanzados sistemas de vida. Estos planteamientos se encaminan a exaltar el orgullo nacional presentando a los indígenas bolivianos como un pueblo que no ha sido corrompido por el capitalismo.

Hechos como que gran parte de la población rural de Bolivia viva anclada en usos y tradiciones arcaicas, que sea un país aislado internacionalmente (más allá de las relaciones que pueda guardar con otros regímenes similares al estilo del venezolano) o que en él no se respeten derechos básicos como el de la libre elección sexual, se comprenden mejor cuando se escuchan este tipo de intervenciones públicas a cargo del máximo responsable político de ese Estado.

Justicia no es venganza


El Partido Popular ha decidido incorporar como asesor para temas de justicia a Juan José Cortés. El padre de la pequeña Mari Luz, sin experiencia legal previa, ofrecerá sus propuestas de cara a la reforma del Código Penal que se está tramitando en el Congreso, con la intención de lograr un endurecimiento y el cumplimiento íntegro de las penas para los culpables de asesinatos como el de su hija.

Resulta totalmente comprensible que el padre de una niña brutalmente asesinada desee el mayor de los castigos posible para el verdugo. Las razones que le mueven a ello se deben más a un natural afán de venganza que a la pretensión de modificar el Código Penal para lograr unas ley más ecuánime. Juan José Cortés ha pasado de afiliado al PSOE a posible candidato por Huelva de UPyD, para finalizar como asesor del PP. Este abrupto viaje por un espectro político tan amplio indica que detrás de las propuestas de Cortés no existe el imprescindible marco ideológico que ha de acompañar a cualquier proposición que afecte a una norma básica de nuestro ordenamiento jurídico. Es a los partidos políticos a los que debe exigírseles la frialdad y la reflexión profunda que requiere un tema tan sensible. Sin embargo, el grupo que dirige Mariano Rajoy demuestra estar dispuesto a guiarse por Cortés para, en un evidente acto de populismo, aprovechar el apoyo de la ciudadanía a las propuestas de una víctima con quien la sociedad está completamente solidarizada. El interés electoralista y la intención de desgastar al Gobierno explican la intención del PP por instaurar ahora figuras como la ‘cadena perpetua revisable’ que ni siquiera se plantearon en los ocho años en que los populares estuvieron en La Moncloa, con una tasa de delincuencia mayor que la actual.

La justicia empezó a ser tal cuando dejó de impartirse por parte de los damnificados y pasó a desempeñarse por poderes imparciales de acuerdo a leyes legítimamente aprobadas por la sociedad. Introducir en el debate sobre la reforma del Código Penal proposiciones nacidas únicamente del dolor propio de la víctima no hace ningún favor a un legislador que debe velar por el bien común y no por satisfacer la sed de venganza particular. Esta postura puede otorgarle importantes réditos electorales a Rajoy, pero también deja al descubierto una alarmante irresponsabilidad impropia de quien quiere gobernar un Estado de Derecho.

Un Mundial bordado


Han sido muchos años buscando una aguja en un pajar; una aguja con la que bordar la primera estrella sobre nuestro escudo. Durante 76 años, desde la primera participación de España en un Mundial, hemos estado pensando que sería imposible, que jamás la encontraríamos. Hasta ayer.
El gol de Iniesta borró de golpe todos los amargores que se venían repitiendo cadenciosamente cada cuatro años como si de una maldición programada se tratara. Bien en blanco y negro -a través de libros, periódicos y documentales- bien por televisión, en color y en directo, nos dimos cuenta de que habíamos ensayado casi todas las maneras posibles de caer eliminados: atracados mediante un arbitraje favorable al anfitrión (en 1934, ante la Italia de Mussolini, o en 2002, contra la Corea de la empresa automovilística Hyundai, patrocinador preferente de la FIFA), sorprendidos por el mal fario (en México 1986, con el penalti fallado por Eloy ante Bélgica), víctimas de nuestros propios errores (en Argentina 1978, con el fallo imposible de Cardeñosa frente a Brasil, o en Francia 1998, con el autogol de Zubizarreta en el partido de Nigeria), maniatados por la presión (en Chile 1962, donde contábamos con jugadores como Di Stéfano, Puskas, Gento o Luis Suárez, o en 1982 con nuestro ridículo mundial), etc. Un largo y doloroso etcétera que puede resumirse en la mítica imagen de Luis Enrique en Estados Unidos 1994, donde un italiano llamado Tassotti nos partió la cara, un húngaro de nombre Sandor Pohl nos hizo hervir la sangre por no señalar el penalti y uno de los nuestros, Julio Salinas, nos provocó el llanto al fallar un mano a mano frente a Pagliuca. Así se resumía la historia de España en los mundiales, con sangre, sudor y lágrimas siempre amargas. Hasta ayer.
 

Hoy España puede lucir orgullosa en su camiseta roja la estrella dorada que distingue a los campeones del mundo. Hubo un tiempo en que pensamos que habria que coserla a puñaladas, que nuestro único camino era la furia del “A mí Sabino que los arrollo”. Imperdonable desprecio al estilo en un país de artistas. Sólo a través del toque, el mimo al balón y la alegría por jugar hemos conseguido hacernos con el trofeo más valioso del deporte rey. Hilvanando jugadas más o menos maravillosas, pero con la mirada siempre fija en la portería rival, España se ha bordado a mano el ansiado distintivo utilizando hilo de seda y aguja de oro. Ahora tenemos un símbolo a partir del cual construir la leyenda. Esta estrella hay que utilizarla como utilizan los marineros la estrella polar, que siempre les sirve para saber dónde está el norte. El nuestro está en el compromiso con la estética como camino para alcanzar la gloria. Es la creación de un estilo propio para el fútbol español, mezcla de la furia del pasado y el talento del presente. Con él hemos llegado al olimpo. Parece increíble, pero España es por fin la campeona del mundo. Además de para cosernos el premio, no vendría mal usar la aguja para pincharnos la piel y saber que esto no es un sueño.

Corazón partido

¿Con quién irá Naranjito el domingo en la final del Mundial entre los Países Bajos y España? ¿Le tirará más el color de su piel o el de su camiseta?

Narradores a distancia Mundial

En la radio hay una práctica tan extendida como absurda: hacer creer a la audiencia que el narrador de un partido se encuentra in situ en el campo de juego cuando realmente no lo está. La técnica es sencilla. Basta con poner al periodista delante de una televisión que retransmita el encuentro y, como sonido ambiente, la grabación de un partido pasado. En ocasiones, incluso, se utiliza el audio de algún videojuego de fútbol, aunque para este Mundial no basta, ya que estos no incorporan las estruendosas vuvuzelas.
Escucho el Alemania-Argentina a través de una cadena de radio española. El narrador pretende dar en todo momento la sensación de que está en el estadio, pero varios detalles delatan que, seguramente, no lo esté. El fundamental es que su compañero encargado del micrófono inalámbrico entra en emisión a través de un teléfono móvil en lugar de hacerlo por una línea RDSI como lo hace el narrador. El sonido del RDSI es perfecto, mientras que el del teléfono móvil es mucho más sucio. Si el narrador se encontrara en el estadio el inalámbrico emitiría a través del mismo RDSI que utiliza el comentarista que, se supone, está en la tribuna de prensa. Pero como en el estadio, realmente, sólo está el encargado de estar a pie de campo, éste habla a través de un rudimentario móvil. En los partidos de la selección española que emite esta misma radio esa diferencia no ocurre, puesto que tanto narrador como inalámbrico hablan a través del RDSI, con la misma calidad de sonido, ya que ambos lo hacen desde el lugar del acontecimiento. También delata el posible engaño los detalles de la narración, siempre pegados a lo que se ofrece en la televisión. No hay ningún aspecto del partido al que haga referencia el narrador que no se haya visto a través de la pequeña pantalla. Y si uno tiene fino el oído también puede darse cuenta de que la voz del narrador y la del sonido ambiente no empastan bien, percibiéndose como originadas por canales diferentes.
En el caso al que hago referencia, el narrador es muy posible que esté trabajando desde Joahnnesburgo, en el IBC (Centro Internacional de Prensa), y no en Ciudad del Cabo, donde se celebra el encuentro. Pero hay casos peores, como el que denunció el recientemente despedido por Punto Radio, Ángel González Ucelay. En su blog, Ucelay contó que la emisora de Vocento le propuso emitir los partidos del Mundial desde la habitación de un hotel. Ya digo que esta es una práctica muy extendida, pero no por ello menos criticable.

La credibilidad, virtud de la que viven los medios de comunicación, es algo que no hay que ganarse, simplemente basta con no perderla.