Tradicionalmente cuando se realiza un obituario o cualquier artículo sobre un personaje de relevancia que acaba de fallecer suele prevalecer una mirada afable, resaltando los aspectos positivos y ocultando los negativos (por relevantes que estos hayan sido). Esta tendencia, aun siendo mayoritaria hoy en día, cambió cuando el Times situó la objetividad periodística por encima del pésame. Cuenta Arsenio Escolar, director de 20minutos, que la revista italiana Panorama dedicó un artículo al respecto titulado “Dios perdona, el Times no”. La última muestra del admirable compromiso del diario británico con el buen periodismo la hemos encontramos en el tratamiento que ha dado a la muerte de Juan Antonio Samaranch. Mientras que en España todo han sido parabienes, considerando al ex presidente del COI como un prohombre, The Times recuerda su pasado como dirigente franquista y sus no siempre ensalzables actuaciones al frente del Comité Olímpico Internacional. No todo fueron luces en su mandato. Muy por el contrario la corrupción, la opacidad y el mercantilismo al que condujo al máximo organismo del deporte internacional son sombras que el respeto por su fallecimiento no deberían haberse ocultado en la prensa española. Al menos, gracias a internet siempre nos quedará el Times.
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