En la radio hay una práctica tan extendida como absurda: hacer creer a la audiencia que el narrador de un partido se encuentra in situ en el campo de juego cuando realmente no lo está. La técnica es sencilla. Basta con poner al periodista delante de una televisión que retransmita el encuentro y, como sonido ambiente, la grabación de un partido pasado. En ocasiones, incluso, se utiliza el audio de algún videojuego de fútbol, aunque para este Mundial no basta, ya que estos no incorporan las estruendosas vuvuzelas.
Escucho el Alemania-Argentina a través de una cadena de radio española. El narrador pretende dar en todo momento la sensación de que está en el estadio, pero varios detalles delatan que, seguramente, no lo esté. El fundamental es que su compañero encargado del micrófono inalámbrico entra en emisión a través de un teléfono móvil en lugar de hacerlo por una línea RDSI como lo hace el narrador. El sonido del RDSI es perfecto, mientras que el del teléfono móvil es mucho más sucio. Si el narrador se encontrara en el estadio el inalámbrico emitiría a través del mismo RDSI que utiliza el comentarista que, se supone, está en la tribuna de prensa. Pero como en el estadio, realmente, sólo está el encargado de estar a pie de campo, éste habla a través de un rudimentario móvil. En los partidos de la selección española que emite esta misma radio esa diferencia no ocurre, puesto que tanto narrador como inalámbrico hablan a través del RDSI, con la misma calidad de sonido, ya que ambos lo hacen desde el lugar del acontecimiento. También delata el posible engaño los detalles de la narración, siempre pegados a lo que se ofrece en la televisión. No hay ningún aspecto del partido al que haga referencia el narrador que no se haya visto a través de la pequeña pantalla. Y si uno tiene fino el oído también puede darse cuenta de que la voz del narrador y la del sonido ambiente no empastan bien, percibiéndose como originadas por canales diferentes.
En el caso al que hago referencia, el narrador es muy posible que esté trabajando desde Joahnnesburgo, en el IBC (Centro Internacional de Prensa), y no en Ciudad del Cabo, donde se celebra el encuentro. Pero hay casos peores, como el que denunció el recientemente despedido por Punto Radio, Ángel González Ucelay. En su blog, Ucelay contó que la emisora de Vocento le propuso emitir los partidos del Mundial desde la habitación de un hotel. Ya digo que esta es una práctica muy extendida, pero no por ello menos criticable.
La credibilidad, virtud de la que viven los medios de comunicación, es algo que no hay que ganarse, simplemente basta con no perderla.
Etiquetas: Deporte, Fútbol, Periodismo
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